Antropología adecuada
Antropología adecuada
“No se ve bien sino con el corazón. Lo importante de verdad es invisible a los ojos.
-Lo importante de verdad es invisible a los ojos…-repitió el principito.
-El tiempo que pasaste con tu rosa es lo que la hizo importante-dijo el zorro- Nunca olvides eso”
(Antoine de Saint-Exupéry)
La persona no puede crecer y desarrollarse sola. Se construye en las relaciones. Aprender cosas y conocimientos ayuda mucho, adquirir habilidades también, pero lo que es fundamental y donde se decide, en una parte importante el carácter y la personalidad del niño es justamente en las relaciones que establece y cómo las vive.
La persona humana es una realidad espíritu corpórea. “La persona es corporal, y las características del cuerpo-sexo, edad, fortaleza, etc, afectan a la totalidad. Todo el pensamiento es sexuado, y también la afectividad. La dimensión espiritual es la que personaliza la unidad psicosomática en la que la persona consiste, lo que hace que la psique y el cuerpo sean personales”. (Xosé Manuel Domínguez, El arte de acompañar, Prieto, página 21. Editorial Educar.)
Por lo tanto, necesita de su cuerpo y su alma para vivir conforme a su naturaleza.
Nuestra forma de actuar, de relacionarnos, de pensar, movernos, de amar, habla de dos potencias importantes la inteligencia y la voluntad. Por la inteligencia conocemos y por la voluntad queremos aquello que conocemos como bueno. A hora bien, nuestra forma de acceder a la realidad que nos rodea es por medio de los sentidos, que son nueve:
Sentidos externos: tacto, gusto, olfato, vista y oído.
Sentidos internos: la imaginación, la memoria, el sentido común y la cogitativa (nuestra capacidad de pensar, reflexionar y razonar). Es así como llegamos al conocimiento de las cosas y así a amarlas o desecharlas. Nada pasa por la inteligencia si no es por los sentidos.
En resumen, podemos considerar las siguientes dimensiones de la persona:
Dimensión corporal: el cuerpo permite la expresión y el acercamiento de la persona.
Dimensión intelectual: para que razone y piense correctamente.
Dimensión afectiva (volitiva): que la afectividad le abra a la realidad y no se convierta en una fuente de sufrimiento.
Dimensión volitiva: de modo que elija adecuadamente de acuerdo a su dignidad.
Dimensión espiritual: el sentido de la vida. La persona es dueña de su vida, mostrando así el dominio sobre sus condiciones psicofísicas.
Dimensión comunitaria: la persona se realiza en relación con los demás. Comparte y expresa en el compromiso con los otros.
Dimensión biográfica: la persona es un ser haciéndose, con s u historia.
Contemplar a la persona desde una sola dimensión, es contemplarla parcialmente. Si solamente tenemos en cuenta los aspectos académicos de nuestros alumnos, estamos haciendo un reduccionismo, lo mismo si sólo tenemos en cuenta sus habilidades físicas, intelectuales, sus capacidades deportivas, musicales, etc. Para su proceso de maduración es muy importante que nuestro alumno vea que se le valora en su totalidad, para ayudarle a ser consciente de quién es, ayudarle a verse en todas sus dimensiones y a no descuidar ninguna de ellas para crecer en libertad.
Los seres humanos pasamos por diferentes etapas en nuestro proceso de maduración, desde la infancia hasta la edad adulta. Cada etapa supone la adquisición de nuevos conocimientos, nuevas destrezas y nuevos retos que afrontar. Es muy importante conocer las fases del desarrollo de nuestros alumnos, para poder acompañarlos adecuadamente.
Nos vamos a basar en los estudios de Erikson que propone dos características pisco-sociales opuestas para cada etapa. Estas etapas suponen en el niño: (y hemos de prepararlos para ello)
1_ Búsqueda de identidad del yo (conocerme mejor).
2_ Desarrollo de competencias (desarrollar mis habilidades).
3_ Afrontar y resolver conflictos (crecer en las dificultades).
Madurar consiste en ir pasando de la infancia, a la vida adulta. Nuestro alumno, cuando era un bebé, era egocentrismo puro. No podía valerse en absoluto por sí mismo y necesitaba de todos nuestros cuidados y atenciones a todos los niveles. Pasar a la vida adulta está significando para él, el ir adquiriendo conocimientos, valores morales y habilidades, pero lo más importante: ir creciendo en autoconocimiento, autonomía, fuerza de voluntad, capacidad de ejercer la libertad y tener el dominio de sí para luego poder donarse bien, etc.
Con este trabajo se pretende ayudar al alumno a crecer en todas sus dimensiones (física, psicológica, afectiva, social, espiritual), y que pueda desarrollar todas sus capacidades, sobre todo la de amar y ser amados que es la más importante (y que requiere también ser aprendida).
Nos transmite mucha confianza saber, que el cerebro humano es muy flexible y tiene una gran capacidad adaptativa (a nivel neuronal). Esto quiere decir, que cuando no se ha conseguido superar una etapa por las circunstancias que sean, se puede conseguir a la siguiente. Realmente somos capaces de una gran mejora con la ayuda adecuada; de ahí la importancia de seguir trabajando todos estos aspectos en las tutorías.
Las relaciones que construyen al niño tienen un orden y una progresión: primero con la madre, a continuación, con el padre, luego con los hermanos y por último con los compañeros de clase.
Las etapas del desarrollo psicosocial de Erikson responden a una teoría psicoanalítica integral, identificando intervalos de edades por las que un individuo sano pasa a lo largo de su historia vital. Cada etapa se caracterizaría por una crisis psicosocial de dos fuerzas en conflicto.
Erikson, estaba interesado en cómo la interacción y las relaciones sociales desempeñaban un papel en el desarrollo y crecimiento de los seres humanos.”
ANEXOS
Explicación de las etapas de Erikson